Pueblos originarios: culturas por conocer y aprender

El Solsticio de Invierno marca el momento preciso de junio en que el sol alcanza su punto más lejano en el hemisferio norte y comienza su retorno hacia el sur, dando lugar al día más corto y la noche más larga del año.
Para muchas culturas originarias presentes en Chile, este fenómeno astronómico tiene una profunda relevancia sociocultural, pues representa la renovación de los ciclos de la naturaleza y, con ello, la continuidad de la vida individual y colectiva en familias y comunidades. En el contexto actual, constituye también una oportunidad para que territorios rurales y urbanos se reúnan en torno a una conmemoración común que reafirme vínculos identitarios y comunitarios.
En 2021, el Estado de Chile estableció el día del Solsticio de Invierno como el Día Nacional de los Pueblos Indígenas, reconociendo la vigencia de sus sistemas culturales, lenguas y saberes ancestrales. Este 2025, el solsticio ocurrió el jueves 20 de junio a las 22:42 horas, marcando una nueva etapa en el tránsito estacional. Para los pueblos indígenas, este momento representa una oportunidad para renovar los vínculos con la tierra, la comunidad y la memoria ancestral, en armonía con los ciclos de la naturaleza.
En el marco de esta conmemoración, El Plan Nacional de la Lectura, región de Valparaíso, dependiente de la Seremi de Cultura, las Artes y el Patrimonio y el Museo de Historia Natural de Valparaíso realizaron un encuentro que contó con la participación de Pedro Cayuqueo, periodista y escritor mapuche y de Ian Ortiz, artista visual y diseñador que ha trabajado la ilustración en representación de mitología e imaginarios de los pueblos andinos.
Un proceso de transculturación
El encargado de abrir la conversación fue el escritor, investigador y periodista mapuche, Pedro Cayuqueo, señalando que el We Tripantu “es la oportunidad donde los chilenos podemos conocer más de la cultura de nuestros pueblos originarios, pues hay un mundo por descubrir a través de sus letras, arte, gastronomía entre otros aspectos culturales” etc”.
Y se pregunta en voz alta; ¿Se podrá resolver algún día el conflicto que nos desangra, si lo que prima en esta relación es la ignorancia y los prejuicios? ¿Será posible avanzar hacia una sociedad intercultural y Estados Plurinacionales, si la historia que aprendemos fue tan mal escrita o bajo la visión de un paradigma distinto?
Y lo aclara de entrada, pues dice no ser un historiador, al menos de manera formal ni académica. Pero sí se reconoce un gran lector, desde pequeño y agradece en aquello a su madre Jacinta y a sus nulas cualidades para el fútbol.
Agrega que ha sido difícil seguir este camino, pues por algunos es tildado de “revolucionario”, pero para otros es un “amarillo”. En este sentido, Cayuqueo cree que la mejor forma de acercar ambas culturas, es a través de la educación. Un camino sin muchas luces, pero sin duda con resultados más duraderos.
Y afirma. “La educación es una forma de lucha. Es la manera de pasar a la acción y romper la desconfianza y el prejuicio”. Y agrega. Quizás no es tan glamoroso. No es fácil de hacerlo, es un camino largo y pedregoso, pero vale la pena intentarlo. Es mejor la acción que ver que la vida pase frente a tus ojos.
Con el paso de la conversación hace una reflexión, que quizás ayuda a entender la razón de elegir el camino más denso para llegar con su mensaje.
“Han pasado 49 años, sigo invitando a mis amigos y enemigos al campo, a leer mis libros y contar mis historias. Sin duda, esa es la tecla que conecta con el otro. Yo me enamoré de la cultura chilena y hay muchos artistas, escritores y personajes del mundo indígena que hacen un trabajo de concientizar y mostrar parte de nuestra cultura. Es una apuesta a largo plazo, dura y muchas veces pasa desapercibida”. Acota.
Mitología e imaginarios
Ian Ortiz Rojas, es un artista visual, diseñador gráfico y creador multimedia. Su trabajo se ha centrado en representar los imaginarios y cosmovisiones de comunidades indígenas andinas del norte de Chile. Su propuesta artística, de fuerte carga simbólica, rescata mitologías, relatos y saberes ancestrales desde un enfoque visual contemporáneo.
Con una propuesta visual atractiva, Ortiz nos transportó al norte del país, y a través de imágenes nos llevó a conectarnos con las tradiciones de nuestros pueblos originarios. Conocimos sus vestimentas, costumbres y todos los simbolismos propios de la diversidad existentes en los territorios. Sin duda fue una forma de conocer su vida, a través del arte y entender partes de su ritualidad, la cual en muchos de los casos se conservan hasta el día de hoy.
Claudio Ampuero, periodista encargado de difusión patrimonial MHNV.