De la exposición “resignificando el patrimonio, nuevas historias, nuevos contextos”, y a partir de la colección de herbarios que resguarda el Museo de Historia Natural de Valparaiso de la autoría del naturalista Carl Skottberg, nos preguntamos qué papel ha jugado la mujer dentro de la botánica en el mundo… y nos encontramos con diversos relatos e investigaciones que han relevado nombres de mujeres que fueron pioneras en el desarrollo de la botánica, los inicios no fueron nada fáciles, durante el siglo XVIII se decía que la botánica era adecuada para mujeres ya que cognitivamente estaba acorde a este género. En aquella época eran los hombres los que realizaban expediciones naturalistas, mientras que las mujeres están limitadas a clasificar y herborizar el material colectado, sin ser citados sus nombres en los trabajos científicos publicados, lo que llevo a que por mucho tiempo no se visibilizara el trabajo realizado…
Jeanne Baret (1740-1807), fue la primera mujer que navego por el océano y recorrió gran parte del mundo, sin embargo, este camino lo tuvo que realizar bajo otra identidad, forrando con telas su pecho para disfrazarse de hombre por años para poder realizar estas travesías. Baret era una botánica francesa, de origen humilde, fue una alumna destacada en el conocimiento de las plantas medicinales y de la naturaleza, y la oportunidad de embarcarse se dio por el ofrecimiento de ir como ayudante del sr. De Commerson, a quien se le ofreció el puesto de botánico en la exploración liderada por el capitán Luis-Antoine de Bougainville. Recorrieron Brasil, la Patagonia, el Estrecho de Magallanes y Tahití, en este último destino fue el lugar donde fue descubierta su identidad, desembarcando a ambos botánicos en las Islas Mauricio.
Tras años para poder retornar a Francia, lo logra, llevando consigo miles de muestras colectadas en sus expediciones, estas muestras botánicas han sido un tremendo aporte a la ciencia, reconociéndose su autoría siglos más tarde, ayudando en esto el capitán Bougainville quien da su testimonio para acreditar todo lo que Jeanne había hecho en sus viajes.
Anna Atkins (1799-1871), fue una botánica inglesa, y es considerada la primera mujer fotógrafa de la historia y la primera persona en publicar un libro de fotografías. Su padre John George Children, un químico minerólogo y zoólogo, fue quien inculcó en ella intereses relacionados con la innovación y la ciencia que la alejaron de la típica imagen de la mujer victoriana. Un amigo de su padre, Sir John Herschel inventó un procedimiento llamado cianotipia que fue uno de los primeros aproximación a la fotografía y fue Anna la primera en utilizar esta nueva técnica para realizar copias de plantas, helechos y algas, al tiempo publico el primer libro de fotografías que llamo British Algae: Cyanotype Impressions , de una gran belleza y delicadeza por sus imágenes azuladas siguen siendo un hito en el mundo de la botánica, la fotografía y la estética. Desde 1839 Anna Atkins formó parte de la Botanical Society of London, una de las pocas instituciones científicas que aceptaban mujeres en esa época.
Ynes Enriquetta Julietta Mexia (1870-1938), Fue una destacada botánica mexicana-estadounidense conocida por su colección de nuevos especímenes de plantas de regiones de México y de América del Sur. En 1921 ingresa a estudiar botánica a la Universidad de California en Berkeley, y durante años viajó por Bolivia, Argentina, Chile, Brasil, Ecuador, Perú, el estrecho de Magallanes, y sudoeste de México, realizando siete excursiones diferentes con la finalidad de recolectar muestras de plantas. En esta búsqueda descubrió un nuevo género, Mexianthus, y muchas nuevas especies, aproximadamente 150.000 especímenes, entre líquenes y fanerógamas.
Ynes, es recordada como una rebelde de su época, por su tenacidad y convicción científica.
Mary Therese Kalin (1944), botánica, conservacionista y bióloga de alta montaña nació en Nueva Zelanda en 1944, estudió Biología en la Universidad de Christchurch. Realizó su doctorado en Botánica en California y su postdoctorado en el Jardín Botánico de Nueva York. Llega a Chile en marzo de 1978, y toma el puesto de profesora asociada de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, para luego conviertirse en profesora titular, liderando diversas investigaciones relacionadas con flora nativa.
Su especialidad dentro de la flora chilena son las variedades que crecen a gran altura, por lo que prácticamente ha vivido en la cordillera los últimos 40 años de su vida.
Sus trabajos la han llevado a recibir diversos reconocimientos, siendo en el año 2005 otorgado el premio Ambiental Volvo 2005, destacando su trabajo como conservacionista, impulsando la comprensión de la importancia de la protección de la biodiversidad. En el 2010 recibir el Premio Nacional de Ciencias Naturales por su contribución científica a la Biología de la Reproducción y Biogeografía de plantas y aspectos relacionados a la conservación y a la Ecología en general.
Dentro de sus últimas investigaciones se ha centrado en la vegetación de la Cordillera de los Andes pues su flora está en grave peligro, convirtiendo su trabajo y aportes en gran importancia dentro del actual contexto de crisis climática.
Adriana Hoffmann (1940), Entró a estudiar Agronomía en la Universidad de Chile, carrera de la que se retiró porque considero que era muy técnica: lo que ella quería era estar, cuidar, aprender y enseñar sobre la naturaleza, lo que ha realizado a través de su vida, publicando libros sobre botánica y medio ambiente mucho antes de que el cuidado de la Tierra se volviera una preocupación popular.
Es coautora, del emblemático libro De cómo Margarita Flores puede cuidar su salud y ayudar a cuidar el planeta (1990), publicó además La tragedia del bosque chileno y la guía Flora silvestre de Chile. Este trabajo la llevo a embarcarse en diversas travesías y exploraciones por los confines de Chile con el fin de registrar sus especies naturales.
Ha sido una acérrima defensora del Bosque Chileno, impulsando el cuidado por la naturaleza en la agenda pública y motivando a niñas/os de Chile en esta materia.
El año 1997, Naciones Unidas la reconoció como una de las veinticinco líderes ambientalistas de esa década y en 1999 obtuvo el Premio Nacional de Medio Ambiente.
A lo largo de su carrera ha ocupado cargos gubernamentales en los que ha puesto su energía en proyectos tendientes al cuidado de la naturaleza y a la difusión de temáticas ambientales con las comunidades y a fomentar la educación a fin de formar lideres ambientales.
Estas mujeres y muchas otras que no alcanzo a mencionar, han sido y siguen siendo valiosas en la historia y el desarrollo científico en el área de la botánica, mujeres pioneras, que tuvieron que sortear una serie de dificultades, y aun así lograron sus objetivos, dejar un legado en términos de conocimiento de la naturaleza, dentro de sus historias podemos extraer la importancia de la formación de las mujeres desde su niñez, el acercamiento a la naturaleza y el apoyo de sus familias… hoy en el siglo XXI, y con la llegada del feminismo y por qué no decirlo, de la sensatez, el pensamiento de las diferencias en capacidades cognitivas que se planteaban en el siglo XVIII ha quedado atrás, demostrando con creces que las mujeres son capaces de realizar labores científicas y obtener valiosos resultados como aporte a la sociedad, a toma de decisiones de una nación y al cuidado y la conservación del medio ambiente.
Jeanne Baret (1740-1807), fue la primera mujer que navego por el océano y recorrió gran parte del mundo, sin embargo, este camino lo tuvo que realizar bajo otra identidad, forrando con telas su pecho para disfrazarse de hombre por años para poder realizar estas travesías. Baret era una botánica francesa, de origen humilde, fue una alumna destacada en el conocimiento de las plantas medicinales y de la naturaleza, y la oportunidad de embarcarse se dio por el ofrecimiento de ir como ayudante del sr. De Commerson, a quien se le ofreció el puesto de botánico en la exploración liderada por el capitán Luis-Antoine de Bougainville. Recorrieron Brasil, la Patagonia, el Estrecho de Magallanes y Tahití, en este último destino fue el lugar donde fue descubierta su identidad, desembarcando a ambos botánicos en las Islas Mauricio.
Tras años para poder retornar a Francia, lo logra, llevando consigo miles de muestras colectadas en sus expediciones, estas muestras botánicas han sido un tremendo aporte a la ciencia, reconociéndose su autoría siglos más tarde, ayudando en esto el capitán Bougainville quien da su testimonio para acreditar todo lo que Jeanne había hecho en sus viajes.
Anna Atkins (1799-1871), fue una botánica inglesa, y es considerada la primera mujer fotógrafa de la historia y la primera persona en publicar un libro de fotografías. Su padre John George Children, un químico minerólogo y zoólogo, fue quien inculcó en ella intereses relacionados con la innovación y la ciencia que la alejaron de la típica imagen de la mujer victoriana. Un amigo de su padre, Sir John Herschel inventó un procedimiento llamado cianotipia que fue uno de los primeros aproximación a la fotografía y fue Anna la primera en utilizar esta nueva técnica para realizar copias de plantas, helechos y algas, al tiempo publico el primer libro de fotografías que llamo British Algae: Cyanotype Impressions , de una gran belleza y delicadeza por sus imágenes azuladas siguen siendo un hito en el mundo de la botánica, la fotografía y la estética. Desde 1839 Anna Atkins formó parte de la Botanical Society of London, una de las pocas instituciones científicas que aceptaban mujeres en esa época.
Ynes Enriquetta Julietta Mexia (1870-1938), Fue una destacada botánica mexicana-estadounidense conocida por su colección de nuevos especímenes de plantas de regiones de México y de América del Sur. En 1921 ingresa a estudiar botánica a la Universidad de California en Berkeley, y durante años viajó por Bolivia, Argentina, Chile, Brasil, Ecuador, Perú, el estrecho de Magallanes, y sudoeste de México, realizando siete excursiones diferentes con la finalidad de recolectar muestras de plantas. En esta búsqueda descubrió un nuevo género, Mexianthus, y muchas nuevas especies, aproximadamente 150.000 especímenes, entre líquenes y fanerógamas.
Ynes, es recordada como una rebelde de su época, por su tenacidad y convicción científica.
Mary Therese Kalin (1944), botánica, conservacionista y bióloga de alta montaña nació en Nueva Zelanda en 1944, estudió Biología en la Universidad de Christchurch. Realizó su doctorado en Botánica en California y su postdoctorado en el Jardín Botánico de Nueva York. Llega a Chile en marzo de 1978, y toma el puesto de profesora asociada de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, para luego conviertirse en profesora titular, liderando diversas investigaciones relacionadas con flora nativa.
Su especialidad dentro de la flora chilena son las variedades que crecen a gran altura, por lo que prácticamente ha vivido en la cordillera los últimos 40 años de su vida.
Sus trabajos la han llevado a recibir diversos reconocimientos, siendo en el año 2005 otorgado el premio Ambiental Volvo 2005, destacando su trabajo como conservacionista, impulsando la comprensión de la importancia de la protección de la biodiversidad. En el 2010 recibir el Premio Nacional de Ciencias Naturales por su contribución científica a la Biología de la Reproducción y Biogeografía de plantas y aspectos relacionados a la conservación y a la Ecología en general.
Dentro de sus últimas investigaciones se ha centrado en la vegetación de la Cordillera de los Andes pues su flora está en grave peligro, convirtiendo su trabajo y aportes en gran importancia dentro del actual contexto de crisis climática.
Adriana Hoffmann (1940), Entró a estudiar Agronomía en la Universidad de Chile, carrera de la que se retiró porque considero que era muy técnica: lo que ella quería era estar, cuidar, aprender y enseñar sobre la naturaleza, lo que ha realizado a través de su vida, publicando libros sobre botánica y medio ambiente mucho antes de que el cuidado de la Tierra se volviera una preocupación popular.
Es coautora, del emblemático libro De cómo Margarita Flores puede cuidar su salud y ayudar a cuidar el planeta (1990), publicó además La tragedia del bosque chileno y la guía Flora silvestre de Chile. Este trabajo la llevo a embarcarse en diversas travesías y exploraciones por los confines de Chile con el fin de registrar sus especies naturales.
Ha sido una acérrima defensora del Bosque Chileno, impulsando el cuidado por la naturaleza en la agenda pública y motivando a niñas/os de Chile en esta materia.
El año 1997, Naciones Unidas la reconoció como una de las veinticinco líderes ambientalistas de esa década y en 1999 obtuvo el Premio Nacional de Medio Ambiente.
A lo largo de su carrera ha ocupado cargos gubernamentales en los que ha puesto su energía en proyectos tendientes al cuidado de la naturaleza y a la difusión de temáticas ambientales con las comunidades y a fomentar la educación a fin de formar lideres ambientales.
Estas mujeres y muchas otras que no alcanzo a mencionar, han sido y siguen siendo valiosas en la historia y el desarrollo científico en el área de la botánica, mujeres pioneras, que tuvieron que sortear una serie de dificultades, y aun así lograron sus objetivos, dejar un legado en términos de conocimiento de la naturaleza, dentro de sus historias podemos extraer la importancia de la formación de las mujeres desde su niñez, el acercamiento a la naturaleza y el apoyo de sus familias… hoy en el siglo XXI, y con la llegada del feminismo y por qué no decirlo, de la sensatez, el pensamiento de las diferencias en capacidades cognitivas que se planteaban en el siglo XVIII ha quedado atrás, demostrando con creces que las mujeres son capaces de realizar labores científicas y obtener valiosos resultados como aporte a la sociedad, a toma de decisiones de una nación y al cuidado y la conservación del medio ambiente.