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Setas comestibles: conocer, cultivar y cuidar un hongo lleno de vida

Setas comestibles: conocer, cultivar y cuidar un hongo lleno de vida

Publicado el 01/07/2025
Hongo pie azul, Clitocybe nuda. Ilustración: José Díaz Carvajal
Hongo pie azul, Clitocybe nuda. Ilustración: José Díaz Carvajal
Las setas son mucho más que un ingrediente de cocina. Son parte del vasto y poco explorado reino Fungi, con un rol clave en los ecosistemas y con beneficios nutricionales que las convierten en una alternativa saludable para el consumo humano. En el marco del programa Ciencias para pasar el invierno el museo invita a descubrir nuestra segunda publicación con el fascinante mundo de las setas desde la ciencia y la vida cotidiana.

Con la llegada de las lluvias, los suelos húmedos del territorio chileno comienzan a revelarnos un universo tan complejo como sorprendente: el de las setas, estructuras visibles de ciertos hongos que crecen sobre tierra, madera o materia orgánica en descomposición.

Técnicamente, las setas son el fruto visible del hongo, cuya parte principal –el micelio– permanece oculta bajo la superficie como una red de filamentos. Cuando las condiciones son adecuadas, esta red produce una estructura reproductiva: la seta, que cumple la función de dispersar esporas y asegurar la continuidad del hongo.

¿Por qué hablar de setas en un museo?

Desde la perspectiva de la divulgación científica, las setas son una excelente puerta de entrada para explorar conceptos clave de biología, ecología, alimentación saludable y sostenibilidad. Representan además una oportunidad concreta para promover prácticas de cultivo casero accesibles, que permiten reconectar con los ciclos de la naturaleza y reflexionar sobre cómo nos alimentamos.

Las setas cultivables como el champiñón, el portobello, el shiitake o la seta ostra, no solo destacan por su sabor y textura, sino también por sus propiedades nutricionales:

  • Son fuente de proteínas vegetales y fibra.

  • Contienen vitaminas del grupo B (como riboflavina y niacina) y vitamina D, especialmente si han sido expuestas a la luz.

  • Aportan minerales esenciales como selenio, potasio y cobre, fundamentales para el funcionamiento celular.

Cultivar en casa: un acto científico y cotidiano

El cultivo doméstico de setas ha ganado popularidad gracias a su relativa sencillez y bajo impacto ambiental. Hoy es posible acceder a kits de cultivo que permiten observar el desarrollo del hongo desde su fase inicial hasta la cosecha.

Estos kits suelen incluir un sustrato colonizado con micelio, que, al ser mantenido en un ambiente húmedo y aireado, comienza a fructificar en pocos días. De esta forma, cultivar setas se convierte no solo en una actividad práctica, sino también educativa y transformadora, tanto para niñas y niños como para personas adultas interesadas en el aprendizaje permanente.

En Chile, especialmente en la zona centro-sur, existen diversas especies nativas de hongos que forman parte del patrimonio natural del país. Aunque muchas de ellas aún requieren más estudio, algunas variedades han sido utilizadas ancestralmente por comunidades locales como alimento o medicina.

Desde el museo, creemos que hablar de setas es también hablar de biodiversidad, de ciencia aplicada y de cultura. Es una invitación a observar con otros ojos lo que crece en silencio bajo nuestros pies y a preguntarnos cómo podemos habitar este planeta de forma más respetuosa y consciente.

 

¿Todas las setas son hongos, pero todos los hongos son setas?

No. Todas las setas son parte de los hongos, pero no todos los hongos producen setas.
Las setas son solo la parte visible o "fructífera" de algunos hongos, es decir, la estructura que aparece para dispersar esporas. Muchos hongos existen solo como micelio (una red de filamentos subterráneos) y nunca forman setas visibles. Además, hay hongos microscópicos (como los mohos o levaduras) que no producen estructuras grandes como las setas.

 

¿Qué diferencia hay entre un hongo y un vegetal?

Aunque puedan parecerse, los hongos no son plantas.

  • Las plantas realizan fotosíntesis gracias a la clorofila y producen su propio alimento usando la luz solar.

  • Los hongos, en cambio, no tienen clorofila y obtienen su alimento descomponiendo materia orgánica, como hojas, madera o alimentos.

  • A nivel celular, los hongos tienen paredes de quitina, mientras que las plantas tienen paredes de celulosa.

Por eso, los hongos forman un reino biológico propio: el Reino Fungi, distinto del Reino Plantae.

 

¿Sabías que los hongos tienen más relación con los animales que con las plantas?

¡Sí! Aunque a simple vista parezcan más parecidos a las plantas, los hongos están evolutivamente más cerca de los animales.

Tanto hongos como animales:

  • No pueden hacer fotosíntesis.

  • Obtienen energía a partir de la materia orgánica externa (heterótrofos).

  • Comparten similitudes genéticas y bioquímicas, como la presencia de quitina en estructuras celulares (en insectos y hongos, por ejemplo).

 

Bibliografía recomendada

  • Muñoz Alocilla, Roberto (2022). Hongos en Chile. Ilustraverde.

  • Salazar Vidal, Viviana et al. (2023). Hongos de la zona central de Chile. Libroverde.

  • Alvarado, Martín (2015). “Guía de setas”. Revista Terraza y Jardín, 1, pp. 36–41.

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Contenidos: María Cecilia Vega, Encargada MuseoLAB-Aprendizaje