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40 años de servicio dedicado al resguardo y conservación del patrimonio natural

Entrevista homenaje

40 años de servicio dedicado al resguardo y conservación del patrimonio natural

Publicado el 26/06/2020
Juan Carlos Belmar Núñez, taxidermista del Museo de Historia Natural de Valparaíso relata su experiencia de vida.

Aves, peces y felinos, con más de mil años antigüedad, han llegado a nuestros días en buen estado de conservación. Todas las civilizaciones han desarrollado técnicas, a veces muy perfeccionadas, para preservar el cuerpo de los animales o personas, como en el antiguo Egipto. Pero la taxidermia tal como la conocemos en la actualidad, es una técnica relativamente reciente cuyos orígenes están ligados a las prácticas científicas y naturalistas de los Museos y de sus colecciones.

En nuestro país, José Carpeneto (1892-1971) taxidermista ligado por casi medio siglo al Museo de Historia Natural de Valparaíso formó una de las mejores colecciones de aves que se conservan en Chile. Actualmente esta labor recae en el taxidermista Juan Carlos Belmar, uno de los pocos expertos que se dedican a este oficio en Chile y que hoy cumple 40 años de experiencia.

"Los métodos empleados por los taxidermistas han cambiado notablemente en los últimos años con la incorporación de nuevas tecnologías que han hecho esta disciplina más moderna. Los nuevos materiales facilitan la labor del "artesano" pero no pueden sustituir la componente artística que requiere la reconstrucción y la expresividad de los animales. Dar apariencia de vida a un animal muerto requiere un estudio detallado del mismo, de sus movimientos y de su comportamiento. El taxidermista debe conjugar unas buenas cualidades de observación, con el conocimiento de los elementos técnicos, un gusto artístico y grandes dotes de inspiración", nos relata Juan Carlos

El taxidermista es una labor poco común, nos cuenta Juan Carlos Belmar, "pues desde mis comienzos en los años 80, como ayudante del profesor Carlos Vivar, preparo los cuerpos de las especies que posteriormente son exhibidas en el museo".

Cómo es el trabajo de un taxidermista

Las especies que llegan al Museo de Historia Natural de Valparaíso, provienen principalmente de incautaciones realizadas por el Servicio Agrícola Ganadero (SAG), Bajo el Convenio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre, además de Corporación Nacional Forestal (CONAF), PDI y el TPS.

"El Museo tiene un protocolo de trabajo bien claro. Primero llegan las especies. Luego se registran, se hacen mediciones y se anota el peso, estatura y otros antecedentes. Posteriormente van a control de vectores (sala de congelamiento) y se determina el estado del espécimen para determinar si se lleva a exhibición (buen estado) o se deja para el área de educación"

En cuanto al proceso de momificación, se abre la piel del animal y se le extraen todas las vísceras. El cuerpo vacío se rellena con paja, pitilla y se moldea con alambre que hace las veces de un esqueleto señala Juan Carlos.

Entre los numerosos trabajos que ha realizado lo que más le ha llamado la atención fue un camaleón, pues era muy pequeño y delicado, con una piel parecida a una tela de cebolla, "Se veía muy frágil, no tenía más de 0.6 cm y se tuvo que trabajar con plumavít y plumas. Ha sido uno del trabajo más complejo que he realizado a lo largo de mi carrera"

El arte de la taxidermia

La taxidermia, proviene del griego "taxis" (arreglo o colocación) y el griego "dermis" (piel), se define como el oficio de disecar animales para conservarlos con apariencia de vivos y facilitar así su exposición, estudio y conservación, la persona que se dedica a esta actividad se denomina taxidermista.

El embalsamamiento de animales constituye una práctica milenaria, realizada tanto por las antiguas culturas precolombinas como por las del Antiguo Egipto. Ejemplo de esto último es la sepultura KV50 del Valle de los Reyes conocida como «tumba de los animales», donde se encontraron restos de un perro que parece haber sido disecado, además de momias de monos y aves embalsamadas, las últimas de las cuales habrían sido utilizadas como ofrenda (Parra, 2015, pp. 244-245).

Los antecedentes de la taxidermia moderna datan de fines del siglo XVI, en el contexto de la expansión ultramarina de Europa. En los círculos cortesanos y en la administración estatal, se generó entonces gran interés por la conservación de las pieles procedentes de lugares exóticos. En el caso del Imperio español, por ejemplo, el deseo de conocer fauna originaria de los territorios lejanos incentivó el traslado de especímenes vivos desde las Indias Orientales y Occidentales (Marcaida, 2014).

En el siglo XVII comenzaron a surgir en Europa los gabinetes de los grandes aristócratas, estos más allá de la simple curiosidad, permitieron el estudio científico de especies poco conocidas en el Viejo Continente, contribuyendo el contexto ilustrado de la siguiente centuria a la especialización de la taxidermia. El oficio dejó así de destinarse solo a la conservación de pieles y comenzó a involucrar un proceso de montaje e interpretación para el estudio del mundo natural.

La práctica de la taxidermia para entonces ya tiene muchas artes tales como dibujo, carpintería escultura, pintura, además de saber de la biología del animal sus costumbres y sobre todo talento artístico.

Citas bibliográficas:

Taxidermia.cl

Una contribución científica desde la taxidermia. José Carpeneto (1892-1971) y su colección en el Museo de Historia Natural de Valparaíso Carolina Valenzuela Matus. Colecciones Digitales Servicio Nacional del Patrimonio Cultural.