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Investigación en formato Digital: Arquitectura en cohabitación.

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Investigación en formato Digital: Arquitectura en cohabitación.

Publicado el 08/04/2020
Proyecto de arquitectura naturalista se basa en la construcción formal del diálogo entre el ser humano y la naturaleza.

Una gran exposición y que producto de la contingencia mundial por el Covid-19 no logró abrir sus puertas al público "Arquitectura en cohabitación. La construcción formal del diálogo entre el ser humano y la naturaleza" nos presenta una nueva oportunidad de conocerla a través de una publicación digital que da cuenta del proyecto de investigación, financiado por el Fondart Nacional 2019, línea de Arquitectura, región de Valparaíso, y que compartimos en la presente nota.

Su impulsores Bruno Marambio Márquez, Arquitecto, Mg. en Arquitectura y Diseño, mención Ciudad y Territorio, de Escuela de Arquitectura y Urbanismo, PUCV y Sergio Elórtegui Francioli, Biólogo-Naturalista. Doctor en Ciencias de La Educación PUC y Eloísa Pizzagalli, Diseñadora Industrial de la Escuela de Arquitectura y Diseño PUCV.

"Cuando la arquitectura se posiciona en un territorio tan característico naturalmente y con grandes valores medioambientales como lo es Chile, se hace necesario pensar el territorio y el paisaje. Desde esta perspectiva hemos adoptado una postura ética para crear una arquitectura que dialogue con el medio natural, no a través de grandes inversiones en tecnologías sustentables, sino que a partir de la observación de las entidades naturales que habitan ese territorio particular. Esto, con el fin de poder entender y comprender esos hábitos naturales que nos permitan pensar una arquitectura que se adapte al medio, no a través de la mimética, sino que reconociendo el propio valor formal de la arquitectura, pero que en su proceso creativo de diseño pueda incorporar y abrir lugar para la continuidad del habitar de estas otras entidades".

La pregunta sobre cómo la arquitectura se posiciona ante el territorio y sus componentes fue resuelta en primera instancia con el encuentro de dos oficios, por un lado la arquitectura que necesita de la realización y construcción formal para poder ser llevada a cabo en plenitud. Y por otra parte, el oficio del naturalista que realiza su investigación a través del trabajo de campo, con el cual de-construye las relaciones de la extensión territorial para reconstruirlas comprensivamente.

"Cuando un ave construye y elige un lugar para su nido, no lo hace como una máquina genéticamente prediseñada. Toma decisiones sobre esta ramita o aquella, "mide sin matemáticas", comete errores y aciertos, resuelve problemas, se estresa en la conquista de una pareja o se desespera si sus pollos están en peligro. El ave desarrolla apego con su lugar y puede volver al año siguiente. No hay un nido igual a otro, así como no hay un ave igual a otra, aunque sean de la misma especie. Así como nosotros pre visualizamos el lugar, el ave por ejemplo lo hace con su cuerpo. La sofisticación de su comportamiento no requiere del "pensar humano" o equivalente para que su nido sea un lugar habitado. El atender a otras formas de habitar no humanas nos pone en equivalencia con el resto de los seres vivientes, y más importante aún, nos enfrenta al problema de cómo darle forma al habitar juntos, cohabitar".

La exhibición incluye un prototipo representativo del proyecto en desarrollado en Mantagua, enseñando la diversidad de aves, así como los complejos sistema de nidificación. La muestra incluye un ejemplar de Siete Colores (Tachuris rubrigastra), un ejemplar de Golondrina chilena (Chilean swallow) más su huevo, Nido de Trabajador (Phleocryptes melanops) y un ejemplar de Chercán (Troglodytes Aedon).

La exposición da a conocer la investigación realizada mediante observación y creación de prototipos arquitectónicos, presentando las diversas formas de habitar de la naturaleza, particularmente los casos de aves menores que nidifican en escollos rocosos y en matorrales costeros, entendiéndolos como una de las fuerzas que construye el territorio, para ver en qué medida se puede pensar en un espacio que acoja al ser humano, pero que también pueda contener a estos otros seres vivos pensando un lugar relacionado y vinculado con la naturaleza como una forma de cohabitar.

Esta relación biológica del habitar queda manifestada en el reconocimiento de la naturaleza como parte del ciclo fundamental que sustenta a la ciudad y la arquitectura.